Bien, eh bien esperaba... supe en la tarde que había vacaciones de... las llamadas mardi- gras [1] , precisamente porque no es el mardi-gras, entonces mantuve mi... mantuve mi... mi yo no se que, mi seminario, ¿no es así? yo lo mantuve hoy porque esperaba que gracias a eso... pudiera quizá pasearme en medio de ustedes porque serían algo menos numerosos, y en resumen hablar un poco con la gente que están supuestos escucharme. Son algo menos numerosos, es verdad, lo que por otra parte me permite hacerlo, pero finalmente, lamento no haber tenido esta ocasión para expresarme de una manera un poco más familiar y directa. He Aquí.
Al respecto... al respecto les anuncio que, acaba de salir una especie de placa así [el doctor Lacan lanza la placa a la sala], que les envío, hay un inserto dentro, el inserto es tan interesante como la placa, de modo que esta bien también si es el mismo que la recibió. He Aquí. En principio - en principio, eso debe pasar por la televisión -dan el inserto a algún otro... aquí. Son las preguntas que Jacques-Alain Miller tuvo la bondad de formularme, con la esperanza de hacer... Televisión [2]. Natural, naturalmente es una esperanza totalmente abusiva: me planteó las preguntas que es capaz de formularme a partir de la idea que él se hiciera de la televisión. Me planteó preguntas kantianas en particular, como si todo el mundo fuera kantiano [3] , pero hasta un determinado punto es verdadero, todo el mundo es kantiano, de modo que las cuestiones que me planteó me han dado simplemente ocasión de... ocasión de responder a nivel presunto televisión por Jacques-Alain Miller. El resultado me pareció a pesar de todo digno de retenerse puesto que lo hice publicar. He Aquí.
Entonces ahora, voy a hablarles un poco, hoy, intentando permanecer en la nota de lo que esperaba. Lo que esperaba decirles, era en suma, era algo, digamos, en líneas generales, como esto, cuyo objetivo, finalmente, ustedes harán el título que quieran – cuyo objetivo, era decirles, decirles la diferencia (es eso lo que me parece, es eso lo que me parece importante en lo que intento aportarles este año) decirles la diferencia que hay entre la verdad y lo Real.
Como se dieron cuenta quizá, ¿no es así?, me he avanzado este año a.... con ustedes, me he avanzado este año con, como en “La Paz En Sí” (La paix chez soi) de Courteline [4] , ¿no es así?, "el truco por una parte y la cosa de la otra", es todo lo que consiguió obtener, la pequeña buena mujer, al comprar no sé qué lustre, en fin que precisamente se pone en dos pedazos... finalmente, contrariamente a ella, mis tres pedazos, es decir los tres, los tres redondeles consistentes de los que se ajusta el nudo borromeo, es (dos) [5] lo que tengo en la mano para hablarles de los no incautos yerran.
Eso no tiene el aire de tener una relación directa, inmediata por lo menos, eso no salta a los ojos. Pero saben quizá que uno de estos... uno de estos tres redondeles, lo denomino, lo denomino de lo Real, a los otros dos como siendo lo Imaginario y lo Simbólico, y que es en torno a eso que intento hacerles sentir algo.
Hacerles sentir esto, en primer lugar, que ya pronuncié, pero que no les saltó a los ojos forzosamente, ¿no es así?, esto es que, es que precisamente los tomo solamente bajo esta perspectiva, que son tres, que son tres e igualmente consistentes. Es una primera manera de abordar, de abordar lo que es lo Real. Es bien cierto que lo Real, es lo que los hace tres, sin que no obstante lo que los hace tres sea el tercero. Si se añaden, no es sino para hacer tres. Y precisamente no se añaden. Porque cada uno de los tres se añade lo mismo sin por lo tanto, sin por ello ser el tercero. Sólo está allí porque los otros dos no hacen nudo sin tres, si puedo expresarme así.
Y es lo que querría decirles: es que la lógica no puede definirse sino de ser la ciencia de lo Real. Lo molesto, es que no habla y que no parte sino de l o v e r d a d e r o. No comenzó así, inmediatamente. Había quizá, como a pesar de todo en general, finalmente, ustedes lo saben, había uno llamado Aristóteles [6] que vació (frayé [7]) la cuestión. Obviamente, la palabra "verdad", to alethés (to alethés) no arrastra mal en su cosa que llamó el Organon [8] y del que se hizo, después, la lógica. Él, vacía (frayait), se aclaraba como podía, y el problema, actualmente, en nuestro asunto con el Organon, es que eso no puede parecer sin que la mitad de la página esté teñida por, digamos, los comentarios del Organon, que no son en realidad propiamente hablando lo que se pueden llamar comentarios, sino una determinada manera de organifier [9] sobre el Organon, es decir, de tornarlo comestible.
Eso comienza con un tal Alejandro [10], en otro que se llama Simplicius [11] , y luego más tarde uno nombrado Pacius [12], y luego después de todo lo que se quiera, un Pedro de España [13] , un santo Thomas de Aquino [14] , finalmente gracias a eso, la cosa, finalmente se desvió completamente, hasta el punto en que esto no es en absoluto fácil, porque a pesar de todo se tiene una especie de frotis [15], se frotó a estos distintos autores, y se los entiende, se entiende a Aristóteles, a pesar de todo, a través de ellos.
Estaría bien si alguien, si alguien llegara a hacer el esfuerzo, en suma de leer, leer por ejemplo, nada más que esto, que es el segundo volumen de este Organon, a leer lo que se llama - que se llama, es porque se lo tituló así, es también un título que vino más tarde, se llama a esto Los Primeros Analíticos [16]- llegar a leerlo, no por supuesto de primera impresión, porque alguien que lo leyera de primera impresión, simplemente, no comprendería allí más de lo que, en general, finalmente comprenden ustedes al respecto, es decir no mucho... -la cosa que sería absolutamente necesaria que un día alguien llegara a hacer, es precisamente conocer bastante bien la diferencia de lo que dijo Aristóteles con lo que finalmente nos han transmitido, los que rumiaron el asunto, a ver bastante bien la diferencia para ver cuánto Aristóteles vaciaba y cómo vaciaba él y por qué no, incluso los lugares donde deslizaba, dónde se ha torcido el pie, donde... es un mundo! Ouais...
Queda totalmente claro que no añado, allí. O más bien que lo que añado, estaría destinado a proponer, finalmente por lo menos una tarea, a saber hasta qué punto, y en Aristóteles, me parece, se puede aprehender, hasta qué punto es un pasaje [17] ; y un pasaje que sólo se esclarece a partir de esto que enuncié exactamente hace un momento: que la lógica, es propiamente la ciencia de lo Real.
En Aristóteles, no se es totalmente entorpecido por lo verdadero. No habla de verdadero con respecto al predicado. Él desentona [18], por supuesto, y a causa de esto uno se creyó totalmente obligado a hacer igual, se habla del hombre, del animal, de... del viviente, dado el caso, y aún, digo yo allí cosas que tienen inmediatamente un vago sentido, eso se embala, el hombre, el animal, el viviente; todo animal es viviente, todo hombre es animal, mediante lo cual todo hombre será viviente... ouais... Queda totalmente claro desde este principio, como la consecuencia por otra parte lo mostró bien, que todo eso no quiere decir nada. En otros términos, que lo verdadero, en el asunto, está totalmente fuera de estación, desplazado.
Y lo que lo torna tangible, lo que lo torna tangible, es que es... estas casillas, ¿no es cierto?, estas... que llena como puede con estos, por ejemplo estas tres palabras que acabo de decir: hombre, animal, y viviente, ¿no es ciento?, puede también poner cualquier cosa, ¿no es cierto?, el cisne, lo negro... finalmente cualquiera otra cosa, lo blanco... lo blanco arrastra por todas partes, no se sabe que hacer; se vuelve manifiesto en lo que llamé su pasaje [19] , que estos términos, todo su esfuerzo, es precisamente poder prescindir de, es decir que él los vacía de sentido, y los vacía de sentido por este medio que él los sustituye por letras [20] , es decir alfa (alfa a), Beta (Beta ß), gamma (gamma y), por ejemplo, en vez de mis tres primeros términos, allí, que les he citado, que están en Aristóteles... él dice, ¿no es cierto?, eso no comienza a tomar forma sino a partir del momento en que enunciará que todo ß... todo a es ß, todo y es ß no, todo ß es y, mediante lo cual todo será y. En otros términos, él procederá de la manera que pueda calificar dos de estos términos, los que hacen la juntura, de medios, mediante lo cual podrá establecer una relación entre los dos extremos. Es de esto que al comienzo, desde el comienzo, se nota que no se trata de lo verdadero. Ya que poco importa que tal animal sea blanco o no, cada uno sabe que hay cisnes negros - los cisnes, c, i, s, n, e, s - lo importante es que algo esté articulado gracias a que se introduce como tal lo Real.
No es por nada que, en el silogismo, hay tres términos: los dos extremos, y el medio. Es que a fin de cuentas - digo "a fin de cuentas" porque no es sino una primera prueba - todo pasa como si hubiera algo como un presentimiento del nudo borromeo. Esto es a saber que inmediatamente él pone el dedo a partir del momento en que aborda lo Real, que es necesario que allí haya tres. Obviamente, estos tres, los manejó muy de través, es a saber que se imagina que sostienen juntos dos por dos. Es un error. Él se imagina que se sostienen juntos dos por dos, e incluso, hasta un determinado punto, se puede traducir la cosa diciendo que los hace concéntricos. A saber que hay la esfera de los vivientes, por ejemplo, luego dentro, de la esfera de los animales – la esfera o el redondel - y luego al interior incluso la esfera de los hombres. Es lo que se llama "traducirlo en extensión". Naturalmente, si se empleó, porque se desconcierta también que de un término del que me sirvo mucho, pero no está sin razón de ser: se desconcierta como el pez de una manzana.
Para descansarles, hago aquí un franco paréntesis, eso no tiene nada que ver con Aristóteles, porque Aristóteles, de eso no tiene la menor especie de idea... Yo, estoy desconcertado, por ejemplo, de su número, totalmente como un pez de una manzana. Y con todo hay otros momentos en que les digo que las relaciones de mi decir con, finalmente, esta asistencia precisamente con la que no sé que hacer, están del orden de las relaciones del hombre con una mujer. Les señalaré esto como eso, que he encontrado esta mañana, eso me saltó a los ojos, que... eh bien, que está ya en el Génesis. Lo que nos indica el Génesis por la oferta de Eva, no es otra cosa que esto: que el hombre - allí, hay una vacilación en ese momento, es la mujer, pero como se los dije, la mujer no existe, ¿no es cierto?, pero así como Aristóteles, finalmente titubea un poco, no se ve por qué el Génesis, aunque inspirado, habría hecho menos, y que esta oferta de manzana sea muy exactamente lo que digo, es decir que no hay relación entre el hombre y la mujer, esto que se personifica muy manifiestamente debido a que, como lo destaqué, la mujer no existe, lo que se encarna manifiestamente en el hecho que, como lo señalé la mujer no existe, la mujer es no-toda, es de eso que resulta que el hombre con una mujer está tan desconcertado como un pez de una manzana. Lo que normaliza nuestras relaciones, y lo que me permite asimilarlos a algo de lo cual sería mucho decir que de decir que es el amor, porque a la verdad, no experimento hacia ustedes el menor sentimiento de amor. Y es recíproco seguramente, como lo enuncié: en lo que es del amor, los sentimientos son siempre recíprocos.
Esto es un paréntesis, volvamos de nuevo a Aristóteles.
¿Aristóteles, que? Muestra bien que lo verdadero, no es en absoluto eso que está en juego. Gracias al hecho de que se vacía, que él vacía el asunto de esta ciencia que llamo de lo Real, de lo Real, es decir, del tres, al mismo tiempo él demuestra que no llega al tres sino agujereando [21], las cosas por medio del escrito, es decir que a partir de los primeros pasos en el silogismo, es porque vacía estos términos de todo sentido transformándolos, transformándolos en letras es decir en cosas que por sí mismas no quieren decir nada, es así como da los primeros pasos en lo que llamé la ciencia de lo Real.
¿Qué es lo que, concebida así la lógica, atrapada por ese extremo, qué es lo que la lógica tiene que hacer en el discurso analítico?
Es por lo que ustedes son en suma, por mi denuncia, tan numerosos en escucharme, es en la medida en que lo que transporto, es lo que se desprende del discurso analítico. En el discurso analítico las cosas proceden de una manera diferente - y por eso están ahí - siempre que, aquí, lo prolongo; lo que hace el cuerpo de lo que digo, es totalmente otra cosa que esta sobre lo cual, hasta ahora, se fundó una lógica, es decir, dichos. Dichos que se manipulan. Aristóteles lo hizo, pero como acabo de decirles, la característica de su paso es la de vaciar estos dichos de su sentido. Y es por allí que nos da idea de la dimensión de lo Real. No hay vía para trazar las vías de la lógica, sino la de pasar por lo escrito. Es lo que Aristóteles demuestra a partir de sus primeros pasos, y es en que lo escrito se muestra de otra dimensión que la del decir.
Por el contrario, lo que les retiene, lo que les agita, y lo que agitará cada vez más seguramente, es que el d e c i r v e r d a d e r o, es cualquiera otra cosa. El decir verdadero, es si puedo decir el surco, es lo que lo define, el surco por dónde pasa lo que... lo que es necesario que supla a la ausencia, a la imposibilidad de escribir, escribir como tal la relación sexual. Si lo Real es bien lo que digo, es decir lo que no se facilita (fraye) sino por escribirlo, es bien lo que justifica que avance que el agujero, el agujero que hará, que hace siempre la imposibilidad de escribir la relación sexual como tal, es allí a lo que somos reducidos, en cuanto a lo que es, esta relación sexual, de realizarla a pesar de todo.
Hay canalículos, hay cosas que hacen discordia, hay trucos donde se pierde, pero dónde se pierde de forma tal que es propiamente allí lo que constituye la metáfora llamada del laberinto, no se llega nunca al final, pero lo importante no está allí, es demostrar por qué no se llega nunca al final, es decir, abrazar de cerca lo que pasa cuando se trata, todo esto por lo que tocamos lo Real, de lo que sin duda hace lo Real, tenemos, como tal, una idea propia y distinta lo real es lo que se determina de lo que no puede de forma alguna allí escribir la relación sexual.
Y es de allí que resulta lo que es del verdadero decir, por lo menos lo que nos demuestra la práctica del discurso analítico, es que el verdadero decir - es decir, de tonterías, las que nos vienen, las que nos sueltan jugo así - que se llega a horadar(frayer) la vía hacia algo de lo cual no es totalmente contingente que a veces y por error, eso deja de no escribirse, como yo definí lo contingente, es decir que eso lleva, entre dos sujetos a establecer algo que tiene e l a i r e de escribirse así: de ahí la importancia que doy a lo que dije de la carta de (a)mur, la letra de a-muro [22]
Esta distinción que especifica el discurso analítico, que me permitió discernir entre otros cuatro que estaban allí porque... tienen bien el aire, como eso, de vivir, y no sólo tienen el aire, sino que son infinitamente más robustos que el discurso analítico que tiene aún que hacerlo todo en cuanto a su pasaje (frayage). El discurso analítico, no sólo reserva el lugar de la verdad, sino que es en realidad lo que permite decir lo que, por lo que se refiere a la relación sexual, allí circula, llena el surco. Es totalmente importante. Es totalmente importante porque eso cambia completamente el sentido de este verdadero decir que acabo en primer lugar de colocar como distinto de toda ciencia de lo Real. Eso cambia completamente el sentido porque, como acabo de decirlo, por una vez, este surco no está vacío: allí pasa algo.
Si algunos de entre ustedes se acuerdan de lo que avancé, estructurado, como el discurso del amo, pueden allí leer, si son capaces de leer algo, pueden leer que la verdad del amo, no es otra cosa que el sujeto. Para los sordos, recuerdo que el discurso del amo es eso: aquí con dos flechas y aquí dos flechas como así, y aquí nada del todo:
Es sobre lo que descansa el discurso del amo, es lo que llamé S1, S índice 1. Es decir: la orden, el imperativo. El discurso del amo está allí. Y para un final de tiempo. Simplemente porque, porque significándolo existe. Porque S1 es decir, que el significante 1, no es otra cosa que el hecho de que el significante, allí tiene montones, pero que son todos uno cualquiera. Y es todo esto sobre lo qué descansa la existencia del Uno: es que hay del significante, y que cada uno no es único, sino completamente solo, lo que no es totalmente la misma cosa.
¿Es precisamente porque no hay dos... dos qué? Dos seres hablantes que puedan reunirse, hacer dos, es precisamente por eso que hay significante, es decir que ellos hablan. Y lo que demuestra el discurso analítico, es que lo que pasa cuando en lugar de los que podrían ser sujetos, sujetos de algo, de la relación sexual, cuando en su lugar hay dos significantes, eh bien es eso, y es ninguna otra cosa, que pasa en lo que llamé "el surco del verdadero decir".
Para eso, es necesario que el S2, es necesario que el S2 no tenga nada que ver con el decir verdadero. Es decir: que el S2 sea real. Y si me siguen en lo que intenté vaciar (frayer), en mis primeros vagidos, en este seminario, ustedes concebirán que el S2, es eso que escribí en mi esquema del discurso analítico [23], que el S2 es a saber el saber como inconsciente, es eso que pasa en el surco del verdadero decir. ¡Eso no dice nada, es lo que estoy tratando de decirles! Eso quiere decir que es un Real, hay del saber que hay lo bello no hay ningún sujeto que lo sepa, él permanece siendo de lo Real. Es un depósito. Es un sedimento que se produce en cada uno cuando comienza a abordar esta relación sexual la cual por supuesto nunca sucederá, alguna educación que se le da, porque si hay algo que no mejorará de ningún modo la situación, la situación de la relación, es bien todo lo que se puede desconocer sobre el sujeto del que de esta relación sería, supuesto.
No le restará menos que es por vías totalmente incidentales que entrará para él lo que hace el tres, es decir lo Real. Porque, por supuesto, a Dios gracias, cuando comienza el ser hablante, no tiene la menor idea que es un sujeto. Cuenta uno y dos, lo que querrán ustedes, pero no él, y como tres, él allí pondrán todo lo que se querrá, o incluso lo que maquilla a los otros dos, es decir, el niño, como que diría. Esto es un buen pretexto, que hacer entrar lo Real velándolo al mismo tiempo completamente: sólo un niño, lo Real; si no es el propio niño, será cualquier tercero, será la tía Yvonne, finalmente, ¿no es así?, o cualquier otra cosa... el abuelo Cosa: desde el momento en que eso hace tres, todo es bueno para no darse cuenta que no se trata sino de tres como Real. Mediante lo cual hay cosas que, por la tía Yvonne, por el abuelo Cosa o por el niño mismo, es decir su patético, a saber que él es relegado, nadie allí comprende nada, y por causa: no hay nada que comprender.
Habrá a pesar de todo algo que se imprimirá, es decir, no los tres, porque el tres siempre es velado por algún lado, tres se oculta, tres es el apoyo, habrá S2, S índice 2, dos S, dos significantes gran S que se imprimirán, y que darán, según la vía de la pura casualidad, es decir de lo que, sobre todo, tintineaba en estas relaciones con los que estaban allí para presidir en lo que se llama su educación, su formación, se formará este saber, este saber indeleble y al mismo tiempo absolutamente no subjetivado, se formará este saber real, allí impreso en alguna parte, impreso todo como en Aristóteles el alpha a, el beta ß y el gamma y, y es eso lo que será lo inconsciente, y no tendrá nada más, he, como decía el personaje que pasaba a la aduana, diciendo: "eso es la comida para mi cabra", tras lo que el aduanero le decía: "Escuchan, es asombroso, porque son correas, ¡finalmente..!." "- el otro le respondía:" "Finalmente, es como eso, y si no tiene eso, no tendrá ninguna otra cosa..."", pero es similar para el saber inconsciente:" como verdad, sólo tendrá ninguna otro cosa que estas correas.
El saber inconsciente, - es de eso que se trata de hacer la juntura para que el verdadero decir logre algo, es decir, consiga hacerse escuchar en alguna parte para compensar a la ausencia de toda relación entre el hombre y una mujer (las, no todas). He aquí la distancia, la diferencia que hay entre el decir verdadero y la ciencia de lo Real. Es para eso que por lo que se refiere a tratar lo inconsciente, nosotros estamos ahí mucho más cerca de manipular la lógica que cualquier otra cosa, porque es del mismo orden. Es del orden de lo escrito, como se los hago notar; por otra parte el gran frayeur [24] del discurso analítico, el mismo Freud, no pudo eliminarlo, ya que cuándo da sus pequeños esquemas, ¿no es cierto?, en sus proyectos, aquellos por los cuales intentó comprender que eso bien podía ser el saber de la histérica, eh aunque ¿que fue lo que él hizo? No hizo exactamente otra cosa que eso, a saber estos pequeños puntos y estas pequeñas flechas, estos métodos de escritura gracias a lo que él da cuenta - cree dar cuenta - de algo que era viejo como el mundo, es decir la anamnésis; está claro que desde hace tiempo se considera la anamnesis como una marca, como una impresión, es necesario decir que es totalmente flotante e insuficiente.
Allí el querido Freud confirma hasta cierto punto que es bien eso de lo que se trata, cuándo se trata de lo Real, que se trata de algo que se escribe, algo que se escribe que se trata de leer, de leer descifrándolo, y ¿qué es lo que eso quiere decir? Eso no quiere decir nada más que este algo que, en el - si puedo decir - al reanimarlo en el sentido de este algo, de este algo que hace presa a toda prueba de desembocar en la relación propiamente dicha, al reanimarla gracias a este algo que es esta especie de parásito, de mueble del cuerpo, que el discurso analítico designa por el falo, hace que lo que hacía tapón, que es el disfrute (joiussance) en realidad, y el disfrute fálico como tal, ¿no es así?, lo que hacía tapón gracias a algo que el discurso llega a obtener, ¿no es así?, a saber a separarlo en lo Imaginario, al hacer esta castración simbólica, permite que algo salga bien o que falle, falle generalmente, que establece al menos entre dos sujetos algo que se asemeja a la relación, algo que cesa de no escribirse para algunos casos raros y privilegiados.
Hablo por supuesto allí de lo que se obtiene por la buena vía, por el discurso analítico, porque, es necesario decir bien que esta preocupación de la verdad no se requiere sino en casos totalmente raros, aquellos para los cuales la ayuda del discurso analítico que dije se impone, en los otros discursos, es mucho más fácil de obtener. En el discurso del amo, o incluso por qué no en el discurso universitario, he... En el discurso de la histérica, he, eso hace soñar, un nudo... ¡Pero, en los otros dos generosos viejos discursos, el rey y la reina, pero, eso va ¡completamente solo! Basta con ser rey y con ser reina para entenderse. Es incluso increíble que no se entiendan. Por supuesto, eso no tiene nada que ver con la verdad de la relación sexual, pero lo importante no es eso, he, es que eso ahí suple.
Entonces, porque en los casos el saber inconsciente es cojo - no solamente es cojo, sino que supone claramente un obstáculo para que la relación sexual se establezca. Entonces, en esos casos, se tiene asuntos con la necesidad de pasar por el discurso analítico, es decir se tiene necesidad del verdadero decir, y sobre todo un poco de sospechar qué malas compañías tiene el verdadero decir. A saber que todo lo que viene a perturbar, perturbar el discurso, mi Dios calmo y tranquilo, con el que normalmente tenemos asuntos, que funda lo normal, es decir que lo que viene a perturbar estos discursos perfectamente bien establecidos, eso no sale nunca sino de los casos, de los casos donde se tiene necesidad, en suma de un psicoanálisis, es decir, casos de verdad.
Eso no los reduce a la indignidad, lo que les digo: que no sean normales - es que tienen con la verdad una especie de... una especie, como eso, de parentesco, que se debe a que están en la junta donde eso no marcha para un único Real, es decir lo que es de la relación llamada sexual.
Es entonces bien entendido - me inscribo allí, así a los señalamientos que me parecen útiles para hacerles para que no hagan errores - es pues bien entendido que el discurso analítico no consiste en absoluto en hacer volver a entrar lo que no va, lo que no va en el discurso normal, he, del que acabo de designar dos. No es en absoluto de eso que se trata, no se trata, no se trata en absoluto de hacerlo entrar allí, es simplemente tener en cuenta que el discurso que no procede sino por el verdadero decir, es precisamente esto, lo que no va, como siempre se ha demostrado, basta que alguien haga un esfuerzo, para decir verdad, para que eso moleste a todo el mundo. Simplemente allí restituyo las cosas a su contexto.
Lo que quiero hacernos notar simplemente: es que constituyendo esta falta, esta falta del verdadero decir con la ciencia de lo Real, reconstituyéndolo por lo que vale, reconstituyéndolo en el lugar mismo dónde ella se sitúa, yo no cierro ahí, muy lejos de ello, ningún sistema del mundo, al contrario. Para que un sistema del mundo exista, no hay sino un solo medio, ¿no es cierto?, es... esto de hacer ahí suposiciones. Lo que hay de... de lleno de bordes - quiero decir de estimulante - en un discurso como el de Aristóteles (que no era un idiota seguramente, ni tampoco un tonto), lo que hay de sorprendente, es que donde queda más claro no hay texto, lo que se llama suposición.
Esta distinción que acabo de articularles hoy, entre el verdadero decir y la ciencia de lo Real, llamé a eso como así, llamé a eso como pude: el verdadero decir, está allí, es lo que intento hacer, la ciencia de lo Real, es este algo que es la lógica, y que, por eso sostiene en pie, ¿no es cierto?, que sostiene de pie a aquellos que saben, por supuesto, encontrarse allí. La distinción está en alguna parte, puedo mostrarles dónde, en alguna parte en las Primeras Analíticas, he: 1-37, allí, ouais... 37,... no, es en... si toman la localización sobre los manuscritos, ¿no es cierto?, es hacia la séptima línea de la página de los manuscritos lo que se numera por 49 a. Bueno, el 37 es la división de la traducción.
Se trata de las DISTINTAS ESPECIES de ATRIBUCIÓN, de las expresiones...
No, no es eso, es mucho más adelante... ¡Ah!
"Es necesario también operar el intercambio de...
(Es mucho más adelante, ¿no es cierto?, es el 49 b, el contrario)
Es necesario también operar el intercambio de los términos de valor idéntico, palabras por palabras, frases por frases, palabra y frase uno para otro, y preferir siempre una palabra a una frase para facilitar así la exposición de los términos."
(No tiene el aire de hablar sino de su pequeño asunto. Pero es cuando da un ejemplo...)
"Por ejemplo, no hay ninguna diferencia entre decir..."
(y entonces a propósito de esta observación dice algo de verdad; pero, si puedo decir es bien una casualidad, van a ver lo que dice de verdad)
"... entre decir el objeto de la suposición no es el genero del objeto de la opinión y decir el objeto de la opinión no es idéntico con un determinado objeto de suposición (ya que el sentido es el mismo en los dos juicios), en vez de la frase enunciada, es mejor colocar como términos... "
(Bloqueándolos... y eso es lo que llama upokeimenon (upokeimenon) es decir:)
"... Va mejor a colocar como términos:" el objeto de la suposición, y el objeto de la opinión, (dokarton/doxarton (dokarton/doxarton)”
(Les pido perdón, estoy cansado...)
¿Cuál es el objeto de la opinión?
Bien, el objeto de la opinión, es lo que va. La opinión, es tan cierta como cualquiera otra cosa. La opinión verdadera, es precisamente al respecto que se rompe la cabeza Platón en el Ménon. El objeto de la opinión, es lo que hace que no se de cuenta que... (Hasta que eso les caiga en la cabeza, naturalmente) que no hay relación sexual. El objeto de la suposición no es idéntico, dice él con este motivo. Es decir todo esto de los que nos habla en las Primeras Analíticas, es algo que nos hace comprender cuánto, cuándo se está en el orden de lo Real, es necesario hacer suposiciones.
En el orden del Real, se nos fuerza todo el tiempo a suponer. Se nos fuerza a suponer, finalmente, las cosas más locas: el espíritu, la materia también, a veces, e incluso algunas otras historias de la misma clase, ¿cierto?, que están felizmente un poco más cerca de nosotros, pero que no por ello son menos supuestas. Intento aquí proceder por una vía en la que no haga suposiciones, donde no sospecho de nada que sea sospechoso. Puesto que la suposición, eso tiene esta vertiente. Sí... En Aristóteles, él lo llama el upokeimenon (el upokeimenon) a veces, pero allí, en ese caso, es algo que no se puede traducir en latín sino por “suspicabile”, es: to upolepton (to upolepton) es "lo sospechoso".
Por supuesto, lo sospechoso, es muy respetable, como el resto, ¿cierto?, es lo que debemos sospechar como siendo Real, y eso lleva muy lejos, eso conduce a toda clase de construcciones. Lo importante sería quizá permanecer en lo que permite solamente afirmar la ciencia de lo Real, es decir que el núcleo de todo eso es sobre todo la lógica, es decir, lo que nunca ha conseguido avanzar de un paso, de un cuarto de paso, de una punta de nariz sino, he, sino por lo escrito [25]. Lo que es a pesar de todo algo.
Bien, les dije eso, y luego les hice ahí mi nudo borromeo, es necesario que se imaginen que este nudo borromeo, es si puedo decir lo único que... que se presenta decentemente, si puedo decir.
Se presenta decentemente porque tiene el lugar para... desplegarse, pero eso no le impide fácilmente ser el objeto de toda clase de desorientaciones. Habrán notado por ejemplo, que es muy fácil encontrar, por ejemplo los tres planos de referencia de las coordenadas cartesianos. Y es bien lo que tiene de engañoso. Porque las coordenadas cartesianas, son no obstante otra cosa, son algo que por el sólo hecho de que eso implica la superficie como existente, ¿no es cierto? es la causa de todas las clases, de todas las clases de imágenes engañosas: el more geometrico que bastó durante siglos para asegurar muchas cosas de un carácter supuestamente concluyente, toda sale enteramente de allí.
El hecho de que, el hecho de que el carácter engañoso de la superficie, ¿cierto?, sea demostrado por esto, que cuando intentan incorporársela con este aparato que está allí, obtienen, lo que constituye la - desde hace algún tiempo, en fin, pienso para ustedes - sigla de lo que es del nudo borromeo, es decir la juntura donde los tres redondeles, eso se anudan juntos. Y dónde eso se anuda, finalmente, de manera que es sucinta en realidad, es decir, la, la manera, que permite por ejemplo ver que es como eso que eso se acuña, finalmente, he. Y aquí: es como eso que es necesario que conciban que los... que los nudos se juntan para definir este algo que es una cualquiera otra definición del punto: a saber el punto donde los tres redondos se acuñan.
Sí, no es totalmente lo que había previsto, finalmente, decirles hoy, pero puesto que después de todo tenía deseo... de de improvisar, me dejé llevar, de este modo, para decirles otras cosas, eso tiene una consecuencia, por supuesto, eso tendrá una continuación la próxima vez, yo querría no obstante señalarles que hay puntos en las Primeras Analíticas, por ejemplo, entre otras – hay otras, hay puntos de la lógica, hay puntos del Organon - dónde vemos muy de pronto que Aristóteles mismo, que rudamente sabía qué hacía, no es sin vacilar. Quiero decir sin dejar salir lo que, finalmente, lo preocupa como a todo el mundo.
Hay una historia por ahí, será necesario que les encuentre eso, voy a encontrárselos inmediatamente, en el... el 68ª, página de los manuscritos, siempre... Hay algo de inaudito. Observo - les hablé hace poco de... del "todo A es B, Todo B es " rhô "
y de lo que se deduce que "todo A es letra rhô
". Él pregunta, aparentemente, lo que se desprende de esto, de invertir la conclusión, es decir por ejemplo de decir que todo y es A. Él muestra ahí las consecuencias que trastornan, es decir que la conclusión, no es necesario ponerla en otro lugar, a saber el lugar de una mayor o de una menor [26] para que eso llegue en realidad a una conclusión que es la que invierte una de las premisas. Bien. Todo eso no tiene aire de nada y eso no es ciertamente y con todo nada, porque es con este motivo que comienza a salir algo otro, es decir las calificaciones que se aplican a toda especie de ser.
Es necesario decirles que les ahorré esto, es hasta qué punto, es hasta qué punto el uso del término upasxein (upasxein) es”pertenecer a", causa problema. Porque en su definición del Universal, es totalmente fuera de cuestión dar un sentido unívoco a este “pertenecer a”. Es imposible saber de una forma unívoca si el sujeto "pertenecer a" al predicado o si el predicado pertenece al sujeto. Esto según los pasajes.
No puede ser, por supuesto, que alguien tan vigilante como debía ser Aristóteles no se haya dado cuenta.
En cualquier caso en este capítulo, este muy pequeño capítulo que es bien instructivo, se ve por progresión - y por esta progresión que consiste en que, de seres universales bien definidos, pasa a todos los seres - es muy singular que sea con respecto a eso, que sale, que salió pero como una irrupción, el siguiente pasaje:
"si pues (textual) todo amante, en virtud de su amor, prefiere A (no es" preferir a", he, es la "A" escrita), saber que el amado esté dispuesto a concederle sus favores (eso se dice
(ouneinai) ir juntos) sin por ello concedérselos (lo que figuramos por (rho)
) (es pues no -
(no ouneinai) , para llamar eso por su nombre: no se acostó con él) más bien que de ver el amado concederle sus favores (lo que es figurado por la letra
delta..."
... Es maravilloso.
Pues, A que es lo que habíamos dicho, eso, eso él... cómo?... ¡ah! ¡sí!
"es pues (en primer lugar)
(letra rhô) de no concedérselos, más bien que de ver... etc."
Bien. Bien, entonces está claro que A es decir estar dispuesto, lo que pasa para Aristóteles para amarlo, ¿cierto? - está claro que el objeto del amor A, es ser amado, estar dispuesto a concederle sus favores, es lo que, en Aristóteles, y perfectamente designado en este texto (les ruego dirigirse a él) se dice phileisthai (phileisthai)
Bien, amar, es pues philein philein.
Se trata para él de demostrar esto:
después de este pasaje relativo a toda la conversión, y muy especialmente la conversión de los predicados que se refieren a todo ser - se trata que si se parte de este A con este B, es decir ser amado por el partenaire, -partenaire que nos concede sus favores- si se formula que esto es preferible a la combinación contraria, ¿cierto? es decir que él les concede sus favores sin a ustedes gustarles mucho, él demuestra que, si se formula esto - esto es el objeto de su demostración – de ahí resulta que el final del amor, A, es algo, si se lo formula aquí, ¿cierto?,
resulta, lo que parece en efecto, inevitable admitir, que el
(ouneinai) vale menos que el xasiksesthai (xasiksesthai) a saber esta buena disposición que da prueba de ser amado. La aparición, en este lugar, y de una manera que es tanto más problemática cuanto que es absolutamente característica del amor como homosexual, es una cosa totalmente sorprendente, por lo que se refiere, si puedo decir, a la erupción en medio de lo que definí como siendo articulando como la ciencia de lo Real, como la irrupción e n u n c i e r t o p u n t o, un punto que, se los repito, estoy en el 68 b al cual les ruego se dirijan en las Primeras Analíticas, una cosa que es realmente la irrupción de la verdad, y de una verdad que es precisamente una verdad de la que no hay, a fin de cuentas, más que la aproximación, puesto que el problema del que se trata es justamente el de un amor que, a fin de cuentas, no concierne sino como intermediario del disfrutar, por el intermediario del disfrute (jouissence), del
(de ouneinai) de que se trata, es decir de un disfrute perfectamente localizado y homólogo, homogéneo, finalmente, el que hace que a fin de cuentas, si hay, en efecto, algo que permita la no ex – sistencia de la relación sexual como tal, es muy precisamente que el
(l’omoios) allí es seguramente algo como un paso, sin duda, pero un paso, hasta cierto punto, que confirma, que apoya la no existencia de relación.
Y en lo que quisiera concluir es esto, ¿cierto?, que siempre que sea en torno a este x que se llama falo que continua pivoteando – pivoteando porque es allí a la vez la causa y la máscara- la no-existencia de la relación sexual, anuncio, si puedo decir el tema de mi próximo seminario; para lo que es del hombre –y en principio cuando digo el hombre, lo escribo con una gran L, es decir que existe el todo-hombre - para el hombre, el amor, escucho, lo que se cuelga, lo que se sitúa en la categoría de lo Imaginario, para el hombre, el amor eso va sin decir. El amor eso va sin decir porque él lo basta de su disfrute, y es por otra parte muy exactamente por eso que él no comprende allí nada.
Pero para una mujer, es necesario tomar las cosas por otra vía, ¿cierto? Si para el hombre eso va sin decir porque el disfrute cubre todo, e incluido allí precisamente que no hay problema relativo a lo que es del amor, el disfrute de la mujer - y es al respecto que terminaré hoy - el disfrute de la mujer, no va sin decirlo, es decir, sin el decir de la verdad.