Recomienzo entonces, recomienzo puesto que había creído poder terminar. Recomienzo incluso porque había creído poder terminar.
Es lo que llamo, por otra parte, “el pasado” [1] : creía que había pasado. Sólo que: esta creencia no es cierto ? - “creía que había pasado”- esta creencia me dio ocasión de darme cuenta de algo. Es igualmente así, lo que llamo "el pase” (la passe). Esto de pronto permite ver cierto relieve; un relieve de lo que he hecho hasta ahora. Y este relieve expresa exactamente mi titulo de este año, el que ustedes pudieron leer, espero, en el afiche, y que se escribe : LES NON DUPES ERRENT [LOS NO INCAUTOS YERRAN] [2].
¿Suena gracioso, no? Es una pequeña muestra de mi estilo [un petit air de ma façon]. O por mejor decir las cosas, "un pequeño andar” ["une petite erre"] [3] e, dos eres, e.
¿Quizás sepan ustedes qué quiere decir une erre [un andar, estilo]? Es algo así como el impulso (la lancée). El impulso de algo cuando se detiene aquello que lo propulsa. Ese algo sigue corriendo aún. No es menos cierto que la frase suena estrictamente de la misma manera que LES NOMS DU PERE [LOS NOMBRES DEL PADRE] [4]. Es decir, aquello de lo que prometí de no hablar nunca más. Y bien. Esto en función de ciertas personas que ya no quiero calificar y que, en nombre de Freud, precisamente me hicieron suspender lo que proyectaba de enunciar acerca de los nombres del padre (des noms du père). ¡Vaya, vaya !. Evidentemente, para no darles en ningún caso el consuelo de lo que, finalmente, habría podido aportarles acerca de algunos de esos nombres que ellos ignoran porque los reprimen [5]. Habría podido servirles. Lo que precisamente no me preocupaba. De todos modos, sé que no los encontrarán por si solos, que no los encontrarán tal como partieron - con su “l’erre” [andar], e, dos r, e-, con su andar de Freud. Es decir, a la manera como están constituidas las sociedades psicoanalíticas. He aquí.
Entonces, les non dupes errent [los no incautos yerran] y les noms du père [los nombres del padre], que consuenan tan bien, que consuenan tanto mejor cuanto que contrarían así, una propensión que tienen las personas que se creen letradas a hacer los enlaces hasta cuando se trata de una "s". No se dice "les non dupes-z-errent" [6], tampoco se dice "les cerises z-ont bon gout", se dice les cerises ont bon gout y les non dupes errent. Eso consuena. Son las riquezas de la lengua. Iré incluso más lejos: es una riqueza que no tienen todas las lenguas, pero es precisamente por eso que son tan diferentes. Pero lo que anticipo, de esos encuentros que calificamos "chistes", es que quizás antes de finalizar el año llegaré a hacerles sentir, a hacerles sentir un poco mejor qué es el chiste. E incluso de inmediato les adelantaré algo.
En esos dos... "términos" puestos en palabras, de los nombres del padre y de los no incautos que yerran, es el mismo saber. En los dos. Es el mismo saber en el sentido en que el inconsciente es un saber del cual el sujeto puede descifrarse. Es la definición del sujeto, lo que aquí doy. Del sujeto tal como lo constituye lo inconsciente. Lo descifra, aquél que por ser hablante está en posición de proceder a esta operación, que es incluso hasta cierto punto, forzada, hasta que alcance un sentido. Y es allí que se detiene, porque... porque hay que detenerse. ¡No se demanda sino eso, incluso ! No se pide sino eso porque no se tiene tiempo. Entonces se detiene en un sentido, pero el sentido en el cual uno debe detenerse, en los dos casos, aunque sea el mismo saber, no es el mismo sentido. Lo que es curioso.
Y nos hace palpar de inmediato que no es el mismo sentido, sólo por razones de ortografía. Lo cual nos deja sospechar algo. Algo de lo que pueden ver, en efecto, la indicación en lo que yo, en alguno de mis seminarios precedentes, señalé acerca de las relaciones de lo escrito con el lenguaje. No se sorprendan demasiado, en fin, de que aquí yo deje la cosa en estado de enigma, ya que el enigma, es el colmo del sentido. Tampoco crean que, en este caso, no subsiste allí, a propósito de este paralelo, de esta identidad fonemática, entre los nombres del padre y los no incautos yerran, no crean que no existe allí enigma para mí mismo - y precisamente es de eso que se trata.
De eso se trata, precisamente, y de esto : que no existe ningún inconveniente para lo que imagino comprender. Esto aclara el asunto en el sentido que recién dije, y esto les da trabajo. Hay que decirlo : para mí, no hay nada más penoso que darles trabajo... Pero al fin de cuentas, ¡tal es mi papel!
El trabajo, todo el mundo sabe de dónde viene eso, en la lengua, en la lengua en la que les parloteo. Quizás hayan oído ustedes hablar de esto, esto viene de “tripalium” [7], que es un instrumento de tortura. Y que estaba hecho de tres estacas. En el Concilio de Auxerre [8], se dijo que no era conveniente para los sacerdotes ni para los diáconos estar al lado de ese instrumento con el cual torquentur rei, eran atormentados los culpables. No era conveniente que el sacerdote, ni que el diácono, estuviesen allí (eso quizá les habría puesto en erección).
Es en efecto, muy claro, que el trabajo, tal como lo conocemos por el inconsciente, es lo que hace de las relaciones - las relaciones con ese saber por el que somos atormentados- es lo que hace de esas relaciones el goce.
Por lo tanto he dicho : ninguna objeción a lo que imagino. No dije ’’me imagino’’. Son ustedes quienes se imaginan comprender. Es decir que en este "ustedes-se", ustedes imaginan que son ustedes quienes comprenden, pero yo no he dicho que fuera yo, he dicho "yo imagino". En cuanto a lo que ustedes imaginan, yo trato de atemperar la cosa. Hago lo que puedo, en todo caso, para impedírselo a ustedes. Porque no se debe comprender demasiado rápido, como a menudo he señalado.
Lo que he anticipado, sin embargo, con este "yo imagino" a propósito del sentido, es una observación que sostendré este año. Es que lo imaginario, sea como fuere lo que ustedes hayan entendido - por lo que ustedes se imaginen comprender-, lo imaginario es una DI-MENSION [dit-mansion] (que como saben he escrito) tan importante como las otras. Esto se ve muy bien en la ciencia matemática. Quiero decir en aquélla que es enseñable porque concierne a lo real que vehiculiza lo simbólico. Que por otra parte no es vehiculizado sino por lo que constituye lo simbólico, siempre cifrado. Lo imaginario es lo que detiene el desciframiento, es el sentido. Como les dije, es preciso detenerse en alguna parte, e incluso lo más pronto que se pueda.
Lo imaginario es siempre una intuición de lo que hay que simbolizar. Como acabo de decirlo, algo para masticar, "para pensar", como se dice. Y para decirlo todo, un vago goce. La inestabilidad humana es más variada de lo que se cree, aunque se halle limitada por algo que reside en el cuerpo, en el cuerpo humano, a saber: lo que en el actual estado de cosas - aunque no esté terminado, quizás pueda llegar otra cosa- en el actual estado de cosas, asegura el dominio de la opsis [l’ (gif1)] [9] en lo poco que de ella sabemos de ese cuerpo, es decir, la anatomía
Ese dominio de la opsis [l’

] es lo que hace que (...) Es lo que hace sin embargo que siempre haya intuición en aquello de lo que parte el matemático. Tal vez este año les haga sentir el nudo (es ocasión de decirlo), el nudo de la cuestión, a propósito de lo que ellos llaman - hablo de los matemáticos, no lo soy y lo lamento- de lo que ellos llaman ’’el espacio vectorial".
Es lindísimo ver cómo ese asunto que es quizás finalmente, algunos de ustedes deben haber oído vagamente hablar de ello, puedo afirmarles en todo caso, que es verdaderamente el último gran paso de la matemática, parte así de una intuición filosofona (philosopharde), La Ausdehnunqslehre: la math [10] (Lehre, es lo que se enseña), la math de la extensión, como la denomina Grassmann [11]. Y después sale de allí el espacio vectorial y el cálculo del mismo nombre, es decir algo que es en su integridad matemáticamente enseñable, por así decir, algo estrictamente simbolizado, y que, en último grado, puede... puede funcionar por medio de una máquina. No?
Ella, la maquina, no tiene nada que comprender.
¿Por qué habrá que volver a comprender (volveremos a hablar del espacio vectorial, déjenme simplemente contentarme hoy con un anuncio), por qué habrá que volver a comprender, es decir a imaginar, para saber dónde aplicar el aparato?
More geométrico. La geometría, finalmente, la más torpe de la tierra, la que les enseñaron en el colegio, no es así?, la que procede de aserrar el espacio: con la sierra ustedes cortan el espacio en dos, y luego, después de eso, ustedes cortan la sombra de una aserradura por medio de una línea, y después marcan un punto... Bueno. Es divertido sin embargo que more geométrico haya parecido ser durante siglos el modelo de la lógica. Quiero decir que esto es lo que Spinoza escribe a la cabeza de la Ética [12], En fin, así era antes de que la lógica tomara de esto, sin embargo, algunas lecciones, lecciones tales que se... ha llegado a vaciarlas de su intuición, ¿no es cierto? y que, actualmente, es cuando - caso extremo- en un libro de matemática, de esa matemática moderna que sabemos execrable (al decir de algunos), durante muchos capítulos se puede prescindir de la menor figura. Pero sin embargo - y es eso lo extraño- a esto llegamos. Siempre acabamos por llegar a esto.
Entonces lo anticipo, lo anticipo para ustedes este año: siempre se llega a esto, no porque la geometría se haga en el espacio "intuitivo", la geometría de los griegos, en fin, de la que puede decirse que... no estaba mal, pero en fin, no tenía nada del otro mundo.
Por otra razón es que se llega a esto. Singularmente, les diría: es que hay tres dimensiones (di-mensions) del espacio habitado por el hablante, y esas tres dit-mansions [13] tal como las escribo, se llaman lo Simbólico, lo Imaginario y lo Real. No es en absoluto como las coordenadas cartesianas ; no es porque hay tres, no se vayan a equivocar. Las coordenadas cartesianas corresponden a la vieja geometría. Es porque... es porque se trata de un espacio, el mío, tal como lo defino por esas tres dimensiones [dit-mansions], se trata de un espacio cuyos puntos se determinan de muy otra manera. Y es lo que intenté (como quizás eso superaba mis medios, quizás eso me dio la idea de dejar caer allí la cosa) es una geometría cuyos puntos - para aquellos que estaban aquí, espero, el año pasado cuyos puntos se determinan por el calce de aquello que ustedes quizás recuerden, y que he llamado "mis redondeles de hilo".
Porque tal vez hay otra manera de hacer un punto que comenzando por aserrar el espacio, y enseguida desgarrar la página, y después con la línea que, no se sabe de dónde, flota entre los dos, quebrar esta línea y decir: eso es el punto; es decir, ninguna parte, es decir, nada; tal vez es advertir que sólo tomando tres de ellos, de esos redondeles de hilo, tal como les expliqué, cuando son tres, aunque si ustedes cortaran uno, los otros dos no estarían ligados, ellos pueden, nada más que por ser tres (antes de ese tres los dos permanecen separados), nada más que por ser tres, calzarse de manera de quedar inseparables... De allí el calce.
El calce se escribe algo así como: a saber, que si ustedes tiran en alguna parte de uno cualquiera de esos redondeles de hilo, ven que hay un punto, un punto que está en “alguna parte por allí” donde los tres se calzan.
Es un poquito diferente de todo lo que se ha elucubrado hasta ahora more geométrico, porque esto exige que haya tres redondeles, tres redondeles de hilo, algo de una consistencia diferente a la de ese vacío con el cual se opera en el espacio ; hacen falta TRES de ellos, siempre, en todo caso, para determinar UN punto. Volveré a re-explicarles esto mejor todavía, es decir, en largo y en ancho, pero les hago observar que esto parte, esto parte - esta noción- de otra manera de operar con el espacio, con el espacio que habitamos realmente... si el inconsciente existe. Yo parto de otra manera de considerar el espacio; y que al calificar a esas tres dimensiones enhebrándolas a los términos que incluso pareció que yo precisamente diferencié, los términos Simbólico, Imaginario y Real, lo que estoy anticipando es que se los ha hecho estrictamente equivalentes.
Es una cuestión que se plantea Freud al final de la Interpretación de los Sueños, en la penúltima página: él se plantea la cuestión de eso en lo qué, lo que él llama, - y bien se ve que ya no lo llama con tanta certeza, que ya no lo enhebra a algo que lo separaría- lo que él llama realidad, que él califica de “psíquica”: ¿qué puede tener que ver eso con lo real?
Entonces, allí, él vacila, vacila un poco todavía, y se aferra a la realidad material ; pero, ¿qué quiere decir esto: ’’la realidad material" en sus relaciones con la ’’realidad psíquica’’?
Vamos a tratar entonces, vamos a tratar entonces de distinguirlas, de conservar aún una onza de distinción entre las tres categorías, señalando lo que ahora pongo sobre el orden del día, a saber: notar bien que, como dimensiones de nuestro espacio - nuestro espacio habitado como seres hablantes - esas tres categorías son estrictamente equivalentes.
Ya tenemos el truco para esto, ¿no? : las designamos por medio de letras. Es la apertura enteramente nueva del álgebra, y vean allí la importancia de lo escrito. Si yo escribo : R. I. S. (Real, Imaginario, Simbólico), o mejor: Real, Simbólico, Imaginario (enseguida verán por qué corrijo), ustedes lo escriben con letras mayúsculas, no pueden hacer otra cosa, y para ustedes resulta así, adhiriendo, en cierto modo a la cosa, simplemente cuestión de escritura, enteramente heterogéneo, ustedes seguirán así porque siempre comprendieron, -ustedes siempre comprendieron pero equivocadamente- que el progreso, el paso hacia adelante, estaba en haber marcado la importancia aplastante de lo simbólico con respecto a ese desdichado Imaginario por el cual comencé, tirando un tiro al aire, so pretexto del narcisismo ; Figúrense solamente que, la imagen del espejo, es enteramente real que esté invertida. Y que incluso con un nudo, sobre todo con un nudo, y pese a la apariencia, pues ¿quizás imaginan que hay nudos cuya imagen en el espejo puede ser superpuesta al nudo mismo? Nada de eso.
El espacio - entiendo al espacio así intuitivo, geométrico- es orientable. No hay nada más especular que un nudo. Y es precisamente por eso, (es precisamente por eso...) que es muy distinto si esas mismas R. S. l. [R grande, S grande, I grande] (grand R, grand S, grand I), ustedes optan por escribirlas - vean albergarse allí la astucia- por escribirlas a chica, b chica, c chica (petit a, petit b, petit c). Aquí todo el mundo siente que, por lo menos, esto las acerca, ¿no? Una a vale una b, una b vale una c, y... y eso gira en redondo, así. Es en esto que se funda la combinatoria y por eso, cuando ustedes ponen las tres letras a continuación, véanlo, no hay más que seis maneras de ordenarlas. Es decir, según la ley factorial que preside la cosa, es 1 X 2 X 3 : lo que da 6, ¿no? Si tuvieran cuatro, habría veinticuatro maneras de ordenarlas.
Sólamente sí, si por someter a ustedes a una concepción del espacio donde el punto se define de la manera que acabo de mostrar, por el calce - perdónenme no apuntar hoy todo esto, como figuras, en el pizarrón, lo haré más tarde— advierten que no es en razón, así, de una escansión que va de lo mejor a lo peor, de lo Real a lo imaginario poniendo en medio lo Simbólico, no es en razón de una preferencia cualquiera, que ustedes deben advertir que, tomando las cosas por el calce, dicho de otro modo, por el nudo borromiano: un redondel de hilo es lo real, un redondel de hilo es lo simbólico, un redondel de hilo es lo imaginario, y bien, no crean que todas las maneras de hacer ese nudo sean las mismas.
Hay un nudo levógiro y un nudo dextrógiro.
Y esto además, aunque hayan escrito las tres dimensiones del espacio que definí como el espacio habitado por el ser hablante, aunque no hayan definido esas dimensiones por letras minúsculas, aunque las hayan definido por a chica, b chica, c chica, y no pongan allí ningún acento, de contenido diversamente preferencial, se dan cuenta de que si escriben a, b, c, hay una primera serie y, a pesar de ustedes, la calificarán como la buena: la serie que llamo levógira, que será a chica, b chica, c chica, después b chica, c chica, a chica, después c chica, a chica, b chica, es decir que está la serie levógira que siempre deja un cierto orden, que es justamente el orden, a, b, c: los mismo es conservado en b, c, a. Y que c chica encabece no tiene ninguna importancia. Les es lícito imaginar, ya que es la I grande que he enhebrado a la c chica, imaginar la realidad de lo simbólico.
Basta con que lo real quede antes.[R.S.I, a,b,c; c ,a ,b, I.R.S].
¡Y no crean por ello que ese "antes" de lo real en relación con lo simbólico, sea por sí sólo, una garantía cualquiera, de cualquier cosa que eso sea!. Porque, si vuelven a transcribir el a, b, c, de la primera fórmula, tendrán R. S. I., o sea: aquello que realiza lo simbólico de lo imaginario.
Y bien, lo que realiza lo simbólico de lo imaginario, ¿qué otra cosa es sino la religión?. ¿Racá a mi? ¡Para mi! [14].). Lo que realiza, en términos propios, lo simbólico de lo imaginario, es lo que precisamente hace que la religión no esté próxima a su fin. Y esto nos pone, a los analistas, del mismo lado, del mismo levógiro, por el cual, al imaginar lo que es cuestión de hacer, al imaginar lo real de lo simbólico, nuestro primer paso dado desde hace mucho tiempo es la matemática, y el último, es aquello a lo cual nos conduce la consideración del inconsciente, ya que es desde allí que se abre camino - lo profeso desde siempre - es desde allí que se abre camino la lingüística.
O sea que es preciso extender el procedimiento matemático que consiste en advertir lo que hay de real en lo simbólico, que es por allí donde se dibuja para nosotros un nuevo paisaje [passage].
Lo Imaginario no debe ser colocado, por ende, en un rango cualquiera. Es el ORDEN lo que importa, y en el otro orden, dextrógiro, curiosamente, ustedes tienen la fórmula a, c, b, por medio de la cual c encabeza en el segundo tiempo, pero b está antes que a, y en el tercer tiempo es b, a, c, es decir tres términos de los que veremos que, si no cuentan poco en el discurso, no lo hacen menos allí de donde salen algunas estructuraciones distintas, que son justamente todas aquellas en las que se soportan otros discursos, solamente aquellos que los discursos levógiros, por el espacio que determinan, permiten demostrar; no ciertamente como habiendo mantenido por un tiempo su eficacia, sino como, hablando con rigor, "puestos en tela de juicio" por los otros discursos. Y aquí no hago prueba de parcialidad alguna, ya que nos pongo del mismo lado en que funciona la religión.
No diré más sobre esto, hoy. Pero en cambio anticipo esto: si en la lengua, la estructura, hay que imaginarla, ¿no está allí lo que anticipo por medio de la fórmula: los no incautos yerran (les non dupes errent)?
Como esto no es inmediatamente accesible, intentaré mostrarlo ante ustedes.
Hay algo en la idea del engaño (duperie), y es que ella tiene un soporte: el incauto [dupe].
Hay algo absolutamente magnífico en esta historia del incauto [dupe], es que al que es incauto [dupe] (si me lo permiten), al que es incauto [dupe] se le considera estúpido. Uno se pregunta verdaderamente por qué. Si la dupe [15] es verdaderamente lo que se nos dice - hablo etimológicamente, no tiene ninguna importancia-, si la dupe, es ese pájaro llamado "la huppe’’ [abubilla] [16], la huppe porque ella es "huppée" [encopetada], naturalmente nada justifica que huppée se diga la huppe; no resulta menoscierto que esasí como lo estima el diccionario:ladupe [17] es el pájaro, parece, al que se hace caer en la trampa, justamente, porque es ’’estúpido’’.
No se ve en absoluto por qué una huppe seria más estúpida que otro pájaro, y lo que me parece notable es el acento que pone el diccionario en precisar que la dupe es femenino. La dupe es "La".
En cierto lugar hay una cosa que he sacado, que saqué del Littré: se trataría de una falta, cometida por La Fontaine, quien hizo de dupe un nombre masculino. En cierto lugar él "osó" escribir :
’’Du fil et du soufflet pourtant embarrassé,
Un des dupes un jour alla trouver un sage" [18].
"Esto está totalmente equivocado, señala el Littré, no se dice un dupe, como tampoco se puede decir un linotte [chorlito] para calificar a un atolondrado". He aquí una razón importante.
Lo interesante es saber de qué género es "le non-dupe" [19] ¿Ven ustedes?, ahora yo digo "lo" (le) non-dupe. ¿Acaso porque lo anotado con el "no" es neutro? Yo no lo afirmaría; pero en todo caso hay algo claro, y es que el plural, al no estar marcado [20]), hace vacilar completamente la referencia femenina. Y aún hay algo más curioso, que yo - no puedo decir que he encontrado en Chamfort -yo he encontrado también en el diccionario, en otro, esta cita de Chamfort -no me paso el tiempo leyendo a Chamfort pero no está mal, sin embargo, que a la palabra "dupe" le haya sacado esto: "une des meilleures raisons, dice Chamfort, qu’on puisse avoir de ne pas se marier jamáis (¡ah!), c’est qu’on est pas tout à fait la dupe d’une femme tant qu’elle n’est pas la vôtre. ["Una de las mejores razones que puedan tenerse para no casarse nunca, es que no se es enteramente el incauto de una mujer en tanto que ella no sea la vuestra"] [21]. i "La vuestra". Vuestra mujer o vuestra incauta (dupe). ¿No es esto algo que al mismo tiempo, parece, en fin, esclarecedor?.
El matrimonio como engaño recíproco.
Por esto, efectivamente, pienso que el matrimonio es el amor: los sentimientos siempre son recíprocos, dije. Entonces... Si el matrimonio lo es hasta ese punto... No es tan seguro, ¡eh!.. Al fin, si me dejara ir por esta pendiente, diría que -es lo que sin duda también quiere decir Chamfort-: una mujer no se equivoca nunca. No en el matrimonio, en todo caso. En lo cual la función de esposa no tiene nada de humano [22].
Ahondaremos en esto otra vez.
He hablado de no incauto [non dupe]. Y parezco haberlo marcado por una irremediable debilidad, al decir que... que eso "yerra" [erre].
Sólo que habría que saber bien que quiere decir: eso yerra [ça erre].
Acabo de indicarles que errer [errar] (en fin, ustedes recurrirán al diccionario de Bloch et von Wartburg, porque no voy a pasarme el tiempo haciéndoles etimología. ¿no es cierto?), sepan simplemente que hay algo que la etimología -que simplemente quiere decir señalar el uso en el correr de los tiempos- vuelve perfectamente manifiesto, ¿no es cierto? Y es que, exactamente como en mi título les non dupes errent y les noms du père, es exactamente la misma cosa para la palabra “erre”, o más exactamente para la palabra "errer".
Errer resulta de la convergencia de error [erreur], con algo que no tiene estrictamente nada que ver, y que está emparentado con ese “erre” del que recién les hablé, que es estrictamente la relación con el verbo iterare. ¡Y encima iterare!. Porque si no fuera más que eso, no seria nada! -Iterare, además, está allí únicamente por iter, que quiere decir viaje. Es precisamente por eso que "caballero errante" es simplemente : "caballero itinerante".
Sólo que, sin embargo, errer viene de iterare, que nada tiene que ver con un viaje, pues iterare quiere decir repetir, de iterum (¡re!.) [23]. Sin embargo, no nos servimos de ese iterare sino para lo que no quiere decir, o sea, itinerare, como lo demuestran los desarrollos dados al verbo errer en el sentido de errance [vagabundeo, errancia], es decir, haciendo del caballero errante un caballero itinerante.
Y bien, allí está apuntado lo que tengo que decirles, considerando la diferencia, la diferencia que se... se enhebra a lo que ocurre con los no incautos [les non dupes]. Si los no incautos (les non dupes) son aquellos o aquellas que se rehúsan a la captura del espacio del ser hablante, si son aquellos que de él conservan, por así decir, su campo libre, hay algo que es preciso saber imaginar: la absoluta necesidad que de ello resulta, de una no errancia [errance] sino error [erreur].
A saber, que para todo lo que tiene que ver con la vida y al mismo tiempo con la muerte, hay una imaginación que no pueden soportar todos aquellos que, de la estructura, se quieren no incautos [non dupes], y es esto :
QUE SU VIDA NO ES MAS QUE UN VIAJE.
La vida es la del viator [24].
Aquellos que, en este bajo mundo -¡Cómo dicen ellos!- están como en el extranjero.
Lo único que no advierten es que apenas hacen resurgir esa función del extranjero, hacen resurgir al mismo tiempo el tercer término, la tercera dimensión, ésa gracias a la cual de las relaciones de esta vida, no saldrán jamás, salvo siendo entonces más incautos (dupes) que los otros, de ese lugar del otro, sin embargo, que con su imaginario constituyen como tal.
La idea de (gif3) genosis, de desarrollo, como se dice, de algo que seria no sé qué norma, gracias a la cual un ser que no se especifica sino por ser hablante, en todo lo que tiene que ver con sus afectos, estaría gobernado, justamente, por no sé qué que cualquiera sea incapaz de definir, que se llama el desarrollo. Y para lo cual, queriendo reducir el análisis, se falta, se comete el error completo, el error radical en cuanto a lo que tiene que ver con el hecho de que yo descubro el inconsciente.
Si Freud nos dice allí algo es, sin ambigüedad : "¿Und (en el último parágrafo de la Traumdeutung) der Wert des Traumes für die Kenntnis der Zukunft?" [25].
Y eso es lo lindo.
Porque uno cree que al escribir esto, Freud hace alusión al famoso valor adivinatorio de los sueños. Pero, ¿es qué no podemos leerlo de otra manera? O sea decirnos : y el valor del sueño, para el conocimiento de lo que resultará, en el mundo, del descubrimiento del inconsciente, a saber: si por azar, un discurso hiciera que de una manera cada vez más extendida, se sepa - se sepa- lo que dice el final del parágrafo de Freud, a saber : que ese porvenir que el soñador toma por presente, está gestaltet, está estructurado por la indestructible demanda en tanto que ella es siempre la misma : zum EbenbiId. [26]
A saber, que (si quieren les pondré algo aquí) :
Nacimiento -------------------- > Muerte
Que sería ese viaje, a saber ese desarrollo, así, que se hace desde el nacimiento hasta la muerte -
¿Qué nos indica Freud por el surgimiento del inconsciente? Que en cualquier punto que se esté en ese pretendido viaje, la estructura, la bosqueje yo aquí de la manera que sea, poco importa :
Nacimiento ------> Estructura ------> Muerte
la estructura, es decir la relación con cierto saber, la estructura no da su brazo a torcer. Y el "deseo", como impropiamente se traduce, es estrictamente, durante toda la vida, siempre el mismo. Simplemente, relaciones de un ser particular en su surgimiento, en su surgimiento en un mundo donde ya reina ese discurso ; tal sujeto está perfectamente determinado, en cuanto a su deseo, desde el comienzo al fin.
En lo cual, no es sino por... por no quererse ya incauto [dupe] de la estructura, que uno se imagina de la manera más loca, que la vida está tejida de no sé qué contrarios de pulsiones de vida y pulsiones de muerte; al menos, esto es ya flotar un poquitito más alto, en fin, que la noción, la noción de siempre, del viaje.
Aquellos que no son incautos [dupes] del inconsciente, es decir que no realizan todos sus esfuerzos para ajustarse a él, ¿no es cierto?, que no ven la vida sino desde el punto de vista del viator : es así, además, como han surgido... en fin..., toda una etapa de la lógica, la del après-coup, sin duda, y con no sé qué consecuencias, aparecieron estas cosas, de las que ni siquiera se ve hasta qué punto es una paradoja ¿no es cierto? : todos los hombres son mortales.
Es decir, lo que dije : viajeros
Sócrates es un hombre - y él es un hombre, él es un hombre, si él lo quiere, ¿no? Él es un hombre si él mismo se precipita a ello ¿ no es cierto? Es además lo que él hace, y en lo cual además, el hecho de que él lo haya DEMANDADO, la muerte, hay sin embargo una pequeñísima diferencia; pero esta diferencia no impidió que el resultado fuera absolutamente fascinante. Tampoco fue más malo por eso... Con su histeria, permitió una cierta sombra de ciencia: la fundada justamente en esa lógica categórica... Era un ejemplo muy malo.
Pero eso debe descansar, ¿no? En todo caso esta función imaginaria esencialmente del viator debe ponernos en guardia contra toda metáfora que proceda de la Vía. Bien sé que la Vía, la Vía de la que se trata: el Tao, se imagina estar en la estructura. ¿Pero es seguro que no haya más que una vía?. ¿O incluso que no haya más que la noción de la vía, del antiguo método, cualquiera que sea?. ¿No seria ésta, al forjarnos, una ética muy diferente, una ética que se fundaría en la negativa a ser no incauto (non dupe), en la manera de ser cada vez más fuertemente incauto (dupe) de ese saber, de ese inconsciente, que al fin de cuentas es nuestro único PATRIMONIO de saber?
Sé que está la sagrada cuestión de la verdad. ¿no? Después de lo que les he dicho y volviendo a ello y retornando a ello, no vamos a ponernos a adherir a la verdad sin saber que ES UNA ELECCION, ya que ella no puede decirse sino a medias [se mi-dire]. Y que, después de todo, detrás de lo que elegimos decir de ella siempre hay un deseo, una "intención", como se dice.
En esto se funda, por último, toda la fenomenología. Hablo de la de Husserl. Así, según que ustedes varíen las "puntas a decir"- [bouts à dire] de la verdad, desde luego, vean lo que esto da : cosas muy curiosas.
No quisiera comprometer demasiado a Dios en este asunto, todos saben que yo considero que... él es más bien del orden de la s ú p e r-a m a d o [super-chéri] [27] ; entonces, ¿por qué diría él siempre la verdad, mientras que la cosa marcha tan bien si él es totalmente embustero? Admitiendo que él ha hecho lo Real, él está tanto más sometido cuanto que... justamente, si él es quien lo ha hecho, entonces, ¿por qué no?
Creo que al fin de cuentas es así como debe interpretarse la famosa historia de Descartes : el Genio Maligno. El genio maligno es él, y así marcha la cosa, cuanto más maligno sea, mejor. Hasta por eso hay que ser incauto [dupe].
Hay que ser incauto [dupe], es decir, ajustarse a la estructura.
Bien, escuchen : estoy hasta la coronilla.